Toma primera
Así se queda uno cuando termina la primera versión de una traducción. Así o como en la Gymnopédie n.º 1 de Satie. Me había prometido terminar la primera vuelta del texto esta semana. Objetivo cumplido. Pero esto no ha hecho más que empezar. En realidad, es solo el principio.
Existen tantos métodos de traducción como traductores en el mundo, aunque simplificándolos mucho hay dos: hay quien trabaja minuciosamente la primera fase, deteniéndose en cada giro complicado, en cada palabra peliaguda, en cada problema, procurando dejar el texto lo más acabado posible para luego entrar en una fase de revisión ligera en la que darle naturalidad al texto; y hay quien traduce a lo bruto, dejando huecos, calcos, tachones, partes enteras sin tocar, para luego volver sobre el texto poco a poco, documentándose, tirando del hilo, llegando a soluciones mientras va puliendo el texto. Con ambos métodos se tarda más o menos lo mismo en llegar al texto final. Lo sé porque he traducido durante años codo con codo con Paco Rodríguez. Él es un ejemplo del primer método y yo del segundo. Siempre nos picábamos al ver el avance que teníamos en cada texto similar y siempre nos sorprendía que al final acabábamos más o menos a la par.
He acabado la primera vuelta del texto de La république du catch, la fase que menos disfruto, la más automática, la de ver el texto desde fuera, y ahora empieza lo bueno: tomar cada frase con la tranquilidad del que domina la obra, reescribir lo que no es más que un boceto, hilar las ideas que han ido surgiendo, crear una continuidad, darle forma a cada personaje, tomar las decisiones definitivas. En suma, crear un buen texto.
Lo más sorprendente de esta primera vuelta es que le hemos cambiado el título que en un principio le habíamos asignado. Tras hablar con mi editor y consultarlo con algunas personas de confianza, llegamos a la conclusión de que el 'catch' tiene que salir de la versión española. Si no hay cambios de última hora, la obra se llamará La república de la lucha. Pero eso será tratado en otra entrada. Ahora toca cerrar el ordenador, poner un poco de rocanrol a todo volumen, salir a la calle y preparar un fin de semana de descanso en París donde espero, entre otras visitas, ir al festival de cómics SoBD (hay una charla sobre traducción de cómics) y a la exposición de Claire Bretécher del Pompidou.
¡Hasta la próxima entrada!
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